Cuanto se aprende en un año y más si es tan intenso como el que he vivido este año.
He aprendido que cuando arriesgas y te lo juegas todo a un sueño, a pesar del que dirán, de lo loco que puede parecer, ganas y ganas mas de lo que te puedes llegar a imaginar.
He aprendido que las palabras se las lleva el viento y con ellas se van los deseos, que lo que realmente importa son las demostraciones cotidianas de ellas. Que tener deseos bonitos y sueños esta bien, pero no se cumplen solos o por arte de magia, sino que hay que ser capaz de luchar por ellos. Que por muy lejanos que parezcan o muy grandes que sean, todo comienza por con el primer paso.
He aprendido lo que duele cerrar una puerta y lo bonito que es abrir otra. Que para comenzar algo nuevo a veces es necesario cerrar y zanjar cosas del pasado, pero que eso no quiere decir que deje de formar parte de ti, al contrario, eso me ha llevado a donde he llegado hoy, y soy como soy por esa puerta que se abrió en su momento.
He aprendido que las mejores noches son las improvisadas, en las que te rodeas con la gente que te quiere y solo tienes que preocuparte del dolor de tripa que se te queda después de tanto reír.
He aprendido que el dinero no hace la felicidad, porque he visto la felicidad en personas que no tienen nada. He visto que muchas veces olvidamos lo esencial, perdiéndonos en lo urgente, en lo ordinario, cerrando la mira a lo que puede salirse de nuestros esquemas, y ahí es donde se esconden los grandes placeres.
He aprendido que los grandes amores aparecen allí donde ni mi imaginación se había atrevido a imaginar. Y que si te dejas llevar, no intentas controlar y solo aprendes a improvisar, los viajes a los que te lleva, pueden ser increíbles.
He aprendido que las crisis no pueden conmigo, y que ellas me traen algo así llamado Cairos, que hace que crezca y que fortalezca mi mejor yo, y con el lo mejor de mi.
He aprendido que el mal tiempo trae consigo las tardes de sofá y película y que de vez en cuando, también puedes permitirte salir a bailar bajo la lluvia, y quien sabe, algún día hasta lo haces acompañada.
He aprendido que puedes celebrar cualquier día con cualquier escusa tonta, porque todos los días son especiales, a su manera. También he decidido que el 10 de Marzo a partir de este año, celebrare mi semianiversario.
He aprendido que la distancia puede romper relaciones, pero también puede afianzarlas y hacerlas mas fuertes, solo depende de cuanto quieras cuidarla. Y que aunque algo parezca roto e imposible de arreglar, si decides seguir luchando, quizás no lo pierdas del todo. Y recuerda, que el mundo es un pañuelo y que da muchas vueltas, quizás le vuelvas a encontrar, quizás te encuentre el a ti, o quizás no os volváis a cruzar. Pero eso no puede paralizar tu vida. Tu vida sigue. y debes disfrutarla y vivirla como te mereces, a tope.
He aprendido que la suerte o las excusas a veces ayudan, pero que no puedes depender de ellas. Si tienes algo que hacer, hazlo o no lo hagas, pero tu, y solo tu serás el responsable del resultado final.
He aprendido que la vida merece que la viva con intensidad, y si hay que reír tengo que reír a carcajada limpia, que si me toca llorar, lo haré cual cascada y si me toca sentir, hacerlo desde el corazón y no desde la cabeza.
He aprendido a preguntarme donde y como puedo amar mas y mejor, y después de intentar responder esa pregunta, decidir compartir mi amor, porque el amor es bueno si se comparte, si se vive con el otro, no si se depende del otro para amar o del amor del otro para vivir. Porque querer es mucho mejor que necesitar.
He aprendido que muchas veces lo que empieza siendo fácil termina por acabar; porque la mayoría de las cosas que merecen la pena hay que lucharlas. Que es bonito llegar allí donde pocos han podido estar, y contemplar el camino recorrido y el esfuerzo invertido.
He aprendido, sorprendentemente para mi, que soy capaz de devolverte la ilusión que tu habías perdido. He aprendido que de repente llega alguien que rompe todos tus esquemas y muros protectores y simplemente te enseña a volver a ser tu, que no te priva de ilusionarme y emocionarme con lo sencillo del día a día.
He aprendido a recordarte y sonreír, porque todos esos momentos vividos no me los va a robar nada ni nadie, que serán siempre nuestro tesoro y nuestra forma de estar unidos. Porque hubo unos meses donde nos comiamos el mundo juntos, ¿o nos comíamos a besos el uno al otro?
He aprendido que por mucho que golpee la vida, lo importante es aguantar, y que hasta que no suena la campana el combate no se da por finalizado. He aprendido que por un golpe no merece la pena cerrarse puertas, al contrario, ese golpe te hace fuerte para abrir la ventana que hay al lado de la puerta, también. Y que todo golpe guarda una lección, que con tiempo y perspectiva, bendita perspectiva, somos capaces de ver.
He aprendido que a pesar del miedo, de mis muros, de mi pasado, de mis prejuicios hacia mi misma, soy capaz de querer y de cuidar a alguien como se merece.
He aprendido, porque tu me lo has enseñado, que la vida no es blanco o negro, es puto gris.