Entre tantas
tonterías que tengo en mi cabeza que durante esta semana estoy potenciando
especialmente, haciéndome estar un dia en el blanco mas blanco y al dia
siguiente o a los 10 minutos en el negro mas negro llega a mi este video.
Con el único
mensaje que me quede y que resonó en mi el sábado, antes de mi bloqueo personal
fue, “las palabras están muy usadas, nos
toca hablar desde los actos”.
Yo no soy
madre, pero si soy la hermana mayor de tres hermanos, o la prima mayor de diez
primos. Yo no tengo una clase con niños como tiene un profesor, pero si tengo
un grupo de 20 chavales de catequesis, a los que intento enseñar desde lo poco
que se.
¿Qué ejemplo
quiero ser yo? ¿Qué modelo quiero que tengan mis hermanos? ¿o mis primos? ¿o
los niños de catequesis?
Aquí es
donde podría poner mil palabras, donde podría estrujarme la cabeza para buscar
respuestas a todo esto, como suelo hacer con todas las miles de preguntas que
tengo a diario, pero creo que con estas preguntas no valen respuestas verbales.
Quizás no tenga
claro cual es mi lugar en el mundo o no me encuentre en uno de los mejores
momentos a nivel personal, pero si tengo claro algo. Si quiero que este mundo
vaya a mejor, que halla personas involucradas y con ganas de cambiar los
esquemas impuestos, yo tengo que hacer eso, yo tengo que aportar, desde mis
dones y lo mejor de mi, ese granito de arena que contribuya al cambio, pero no
de palabra. Tengo que aportar el granito de arena que contribuya al cambio con
mi vida, en lo cotidiano y en lo extraordinario, pero con gestos, y actos que
acompañen a mis palabras, y que no las dejen en el aire, sino que las fijen en
la realidad y contribuyan a conseguir un mundo mejor o al menos que sirva para
intentarlo.