domingo, 7 de junio de 2015

El tiempo, que gran aliado.

Con el tiempo una compañera de clase, comienza a ser algo más, y poco a poco, con el paso de éste, se convierte en un pilar, en sinónimo de amistad, con todo lo que ello conlleva; desde las risas hasta las lágrimas, desde la fiesta hasta las noches tristes en el sofá de casa, desde el recibir grandes cosas hasta el entregar todo lo que te pertenece.

Con el paso del tiempo ves como ese futuro soñado se convierte en presente y como al poco, ya se trata de un pasado recordado.

Con el tiempo cumples sueños, logras metas, te superas a ti mismo y muestras a aquellos que decían que no podías o que no creían en ti que eres capaz. Aunque también con el tiempo aparecen los “te lo dije” de esa persona que te advirtió que aquel camino no era el que había que coger.

Con el tiempo las caídas te revelan la lección que tenían guardada para ti. Los atajos y tus pasos te reconducen al camino inicial, aunque no llegas igual, llegas más vivido, con muchas cosas nuevas. Las victorias te recuerdan que puedes continuar, aun cuando las fuerzas parecen flaquear.

Con el tiempo el miedo puede convertirse en un gran monstruo que va a tu lado y que no te deja disfrutar o puede ir haciéndose pequeño, y tomar forma de Pepito Guillo y recordarte que a veces es mejor andar con pies de plomo.

Con el tiempo te vuelves más sabio, o al menos eso dicen. Maduras, creces, te vas haciendo mayor, aunque si eres listo y capaz, y tienes un poco de suerte, siempre habrá algo de niño en ti, que seguro que con el tiempo, en alguna ocasión tiende a salir.

Con el tiempo ese juego de patio de colegio se convierte en tu deporte favorito, a eso a lo que le dedicas horas, a lo que entrenas, a lo que te dejas hasta lo que no tienes por mejorar día a día.
Con el tiempo ese “yo de mayor quiero ser…” si has sido capaz de luchar por tus sueños, y realmente querías ser eso, quizás tienes la suerte de “ser…”.

Con el tiempo un corazón enamorado puede pasar a ser un corazón roto, pero también te diré que con el tiempo, y aunque a veces no lo parezca, los cachitos se vuelven a juntar. Quizás no lo hacen todos, porque aquel o aquella que una vez te rompió el corazón se llevó un cachito con él o con ella, pero se recompone, un poco más pequeñito pero mucho mas fuerte.

Vives, experimentas, caes, te levantas, conoces, decides, aprendes, sufres, ríes, quieres, y a veces mucho, eres querido, te enamoras o te rompen el corazón… pasan tantas cosas a lo largo del tiempo, pero la que más me gusta a mí, es que DESCUBRES. A lo largo del tiempo vas descubriendo que es eso de la vida, vas sintiendo en tus propias carnes todo lo que la vida te tiene preparado, te vas descubriendo a ti mismo en lo que vives, en como lo vives, ¡y que bonito es descubrirse a uno mismo!

El tiempo pasa y la vida con él, asi que como dirían Timón y Pumba, “¡Vive y se feliz!”

(Y si ahora es un momento malo, quizás feliz no seas mucho, pero vive ese momento, disfrútalo, descúbrete en él y desde ahí saca fuerzas para seguir adelante).