miércoles, 2 de septiembre de 2015

De nuevo Septiembre.

Septiembre. De nuevo mi mes. El segundo mes del año que te da la oportunidad de empezar de nuevo, casi como Enero. Estrenas curso y no cambio de cifra del año. Eso tiene algo bueno, no gastare tipex innecesario cuando al poner la fecha no cambie el año.

¿Es el comienzo lo que me da miedo o es no saber cómo será el final? ¿Es este tambaleo de última hora un augurio de lo que tiene que venir este curso? En caso de ser así, ¿seré capaz de dejarme llevar o seguiré luchando por controlar?

Si algo he aprendido en este último curso es que la vida es impredecible y por más que intente controlar, las cosas saldrán como tienen que salir en realidad. Y últimamente parece que lo que tiene que salir es contrario a lo que yo quiero, y si no es contrario, si muy distinto. Y por eso, tras un día de esos que el nudo en el estómago amanece contigo y no te deja sola ni para irte a dormir, me intento imaginar un curso sin controlar. 

Con esto no quiero decir que vaya a pasar de todo y que las cosas ya pasaran como tengan que ser, eso sería demasiado irresponsable y alocado incluso para mí, pero si dejarme llevar (que dicho sea de paso, suena hasta bien), no forzarme a sentir cosas que no siento y no ponerle frenos cuando si sienta de verdad, no preguntarme constantemente que expectativas tiene el otro de mí, sino forzarme a hacerme feliz (yo a mi), cambiar mis armaduras de miedo, frialdad, bordería, distante, fuerza… por un manto sencillo (como el guerrero de la luz), un manto de Fe, quiero tener presente mis dos palabras favoritas “confía” y “permanece” siempre teniendo presente que también tengo que currarme mi parte, quiero dar lo mejor de mi (que poco a poco voy descubriendo que es mas de lo que yo pensaba), y quiero un curso con agotamiento fruto del no parar, mucho estudio y poco sueño, café en abundancia, fiesta, cervezas con amigos y noches de confesiones, tardes de no hacer nada, baloncesto… pero sobre todo un curso en el que sea feliz y me sienta feliz por lo que tengo, lo que lucho por conseguir y lo que soy.


Septiembre es el mes de volver, pero yo quiero elegir como volver. Y esta vez, no sé cómo será la acogida pero sé que vuelvo como hace mucho me fui, con mi sonrisa, mis ganas y muchos sueños por cumplir.

1 comentario:

  1. Has tomado difíciles decisiones, comprobando por ti misma que la vida no es el camino de rosas que se vende a los niños. Por otro lado, el querer agradar a los demás a través de la actualización constante de las expectativas que tendrán sobre ti es una forma de lenta y dolorosa de renunciar a la individualidad que te caracteriza; bien harás despreocupándote de esas movidas, aunque realmente no pareces tan preocupada -hablo desde fuera- como tú dices creer.

    ResponderEliminar