Hoy empieza septiembre. Nunca me he planteado cual es mi mes favorito, pero creo que si tengo que elegir uno me quedo con septiembre.
Esta claro que el hecho de que sea el mes de mi cumpleaños, para mi ya lo hace especial, pero no es solo eso.
Septiembre es el mes que marca el comienzo de algo nuevo, y muy probablemente algo real.
Es verdad que septiembre deja atrás los amores de verano, las noches de charlas interminables en las cuales la única preocupación era que me contestaras al wpp y no que en 3 horas iba a sonar la alarma, porque en verano, no hay alarmas. Septiembre deja atrás viajes especiales, aventuras que marcan un antes y un después, las horas interminables en la playa tomando el sol y el mirar cuanto resalta la marca blanca del bikini, porque cuanto mas resalte, mas morenos estamos. Deja atrás no saber en que día vivimos, si estamos en lunes o viernes, porque todos los días son un viernes continuo y nuestra única preocupación era pasarlo bien y disfrutar del momento.
Y es cierto que septiembre deja atrás todas esas cosas.
Pero con septiembre vuelven los reencuentros con las personas que forman parte de nuestro día a día, de nuestra rutina. Los compañeros y amigos de la universidad, los enanos de los grupos de catequesis, las cervezas de los juernes con los compañeros del cole, los viernes con los amigos de la calle, los hermanos de comunidad... y tantas y tantas personas que forman parte de nuestro día a día y que gracias al verano podemos comprobar la falta que nos hacen y lo especiales que hacen una simple rutina.
En septiembre también es el mes de empezar sueños nuevos, podemos volver a soñarnos un curso más y empezar a luchar por ese sueño desde el primer día. Nos brinda la oportunidad de marcarnos nuevas metas, nuevos objetivos para el curso tanto escolar como profesional como personal. Comienza un nuevo ciclo y con el la oportunidad de reinventarnos, de colgar y colocar mejor aquello que el curso pasado quedo algo descolgado, de mejorar en aquello que nos costo un poco mas, y de luchar por aquello que queremos conseguir y que quizás no conseguimos el curso pasado, pero ¿por que no intentarlo este?
Pero lo mas especial, es que en septiembre seguimos siendo nosotros, con nuestras virtudes y dones y con nuestra mierdecilla, y es que eso no se irá nunca. Lo importante es recomenzar con ilusión, esperanza y ganas renovadas fruto de un verano especial, a su manera, que nos dejará hasta el año que viene.
¡Adiós agosto! ¡Bienvenido septiembre!
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