domingo, 28 de septiembre de 2014

Responder desde Ti y para Ti, ¿dónde y cómo puedo amar más y mejor en este momento?

"Pongo mi vida en tus manos, 
Padre mío me abandono a ti,
Haz de mi lo que quieras,
estoy dispuesto a aceptarlo todo."

Hoy suena esto. He llegado a esta canción pues quién sabe por qué, pero he llegado, y ahora suena por cuarta vez. 
Cuantas veces dejamos de hacer algo por miedo, miedo al que dirán, miedo a si saldrá bien o mal, miedo a lo que pueda traer y las consecuencias que pueda tener en nuestra vida, al como repercutirá en nosotros mismos y en nuestra relación con los demás. 
¿Cuántas veces nos inunda el miedo? Y como he escrito antes, por mil cosas. ¿Cuánto más me inunda el miedo cuando se trata de poner mi vida en manos del de arriba y confiar en hacer lo que el quiere que haga, en ser su instrumento de amor, en llevar a cabo la mision en la que Él me ha soñado feliz?

Pues hoy, a pesar de mis miedos, estoy dispuesta a aceptarlo todo, con infinita confianza en ti.

Cada decisión tomada contigo y desde Ti, me ha hecho feliz, y me ha dado plenitud. Y no una felicidad momentánea y quizás nada mas tomada la decisión, pero si a la larga. Me ha hecho sentirme plena en cada paso que daba para afianzar la decisión, en cada experiencia vivida desde ella o en ella, al compartir con los demás todo lo que vivia, porque todo lo que viene de Ti, es Vida y da Vida, cuando parece que estoy muerta.
Y, a veces, esas decisiones, no han tenido el desenlace esperado, se han desviado o simplemente han acabado, y ha dolido, claro que me ha dolido, con la misma plenitud que me han hecho feliz, que me han hecho reír, cantar o gritar, cuando se han roto, me han hecho llorar, guardar silencio y guardarme del resto en mi misma. 
Pero algo que comparten todas las decisiones, las que salen bien, las que salen mal, las que se desvían y llegan a otras distintas o las que simplemente se rompen o se pierden por el camino, es que me han hecho crecer. Me han hecho convertirme en la Carolina que soy hoy, me han hecho llegar a tener la fe que tengo en ti hoy y que se que es mia y debo cuidar y alimentar con el testimonio de mis hermanos, me han enseñado que el dolor se cura, y que no esta mal pedir ayuda y ser ayudado de vez en cuando,  y que las alegrías sientan mejor compartidas.  Y todo gracias a confiar y permanecer en Ti, en tu amor, en tu Palabra, y por fiarme de la misión en la que Tú me sueñas feliz.

Gracias Padre, y sigue ayudándome a responder desde Ti y para Ti, ¿dónde y cómo puedo amar más y mejor en este momento?

martes, 9 de septiembre de 2014

He aprendido en este año...

Cuanto se aprende en un año y más si es tan intenso como el que he vivido este año.

He aprendido que cuando arriesgas y te lo juegas todo a un sueño, a pesar del que dirán, de lo loco que puede parecer, ganas y ganas mas de lo que te puedes llegar a imaginar.

He aprendido que las palabras se las lleva el viento y con ellas se van los deseos, que lo que realmente importa son las demostraciones cotidianas de ellas. Que tener deseos bonitos y sueños esta bien, pero no se cumplen solos o por arte de magia, sino que hay que ser capaz de luchar por ellos. Que por muy lejanos que parezcan o muy grandes que sean, todo comienza por con el primer paso.

He aprendido lo que duele cerrar una puerta y lo bonito que es abrir otra. Que para comenzar algo nuevo a veces es necesario cerrar y zanjar cosas del pasado, pero que eso no quiere decir que deje de formar parte de ti, al contrario, eso me ha llevado a donde he llegado hoy, y soy como soy por esa puerta que se abrió en su momento.

He aprendido que las mejores noches son las improvisadas, en las que te rodeas con la gente que te quiere y solo tienes que preocuparte del dolor de tripa que se te queda después de tanto reír.

He aprendido que el dinero no hace la felicidad, porque he visto la felicidad en personas que no tienen nada. He visto que muchas veces olvidamos lo esencial, perdiéndonos en lo urgente, en lo ordinario, cerrando la mira a lo que puede salirse de nuestros esquemas, y ahí es donde se esconden los grandes placeres.

He aprendido que los grandes amores aparecen allí donde ni mi imaginación se había atrevido a imaginar. Y que si te dejas llevar, no intentas controlar y solo aprendes a improvisar, los viajes a los que te lleva, pueden ser increíbles.

He aprendido que las crisis no pueden conmigo, y que ellas me traen algo así llamado Cairos, que hace que crezca y que fortalezca mi mejor yo, y con el lo mejor de mi. 

He aprendido que el mal tiempo trae consigo las tardes de sofá y película y que de vez en cuando, también puedes permitirte salir a bailar bajo la lluvia, y quien sabe, algún día hasta lo haces acompañada.

He aprendido que puedes celebrar cualquier día con cualquier escusa tonta, porque todos los días son especiales, a su manera. También he decidido que el 10 de Marzo a partir de este año, celebrare mi semianiversario.

He aprendido que la distancia puede romper relaciones, pero también puede afianzarlas y hacerlas mas fuertes, solo depende de cuanto quieras cuidarla. Y que aunque algo parezca roto e imposible de arreglar, si decides seguir luchando, quizás no lo pierdas del todo. Y recuerda, que el mundo es un pañuelo y que da muchas vueltas, quizás le vuelvas a encontrar, quizás te encuentre el a ti, o quizás no os volváis a cruzar. Pero eso no puede paralizar tu vida. Tu vida sigue. y debes disfrutarla y vivirla como te mereces, a tope.

He aprendido que la suerte o las excusas a veces ayudan, pero que no puedes depender de ellas. Si tienes algo que hacer, hazlo o no lo hagas, pero tu, y solo tu serás el responsable del resultado final. 

He aprendido que la vida merece que la viva con intensidad, y si hay que reír tengo que reír a carcajada limpia, que si me toca llorar, lo haré cual cascada y si me toca sentir, hacerlo desde el corazón y no desde la cabeza.

He aprendido a preguntarme donde y como puedo amar mas y mejor, y después de intentar responder esa pregunta, decidir compartir mi amor, porque el amor es bueno si se comparte, si se vive con el otro, no si se depende del otro para amar o del amor del otro para vivir. Porque querer es mucho mejor que necesitar.

He aprendido que muchas veces lo que empieza siendo fácil termina por acabar; porque la mayoría de las cosas que merecen la pena hay que lucharlas. Que es bonito llegar allí donde pocos han podido estar, y contemplar el camino recorrido y el esfuerzo invertido.

He aprendido, sorprendentemente para mi, que soy capaz de devolverte la ilusión que tu habías perdido. He aprendido que de repente llega alguien que rompe todos tus esquemas y muros protectores y simplemente te enseña a volver a ser tu, que no te priva de ilusionarme y emocionarme con lo sencillo del día a día.

He aprendido a recordarte y sonreír, porque todos esos momentos vividos no me los va a robar nada ni nadie, que serán siempre nuestro tesoro y nuestra forma de estar unidos. Porque hubo unos meses donde nos comiamos el mundo juntos, ¿o nos comíamos a besos el uno al otro?

He aprendido que por mucho que golpee la vida, lo importante es aguantar, y que hasta que no suena la campana el combate no se da por finalizado. He aprendido que por un golpe no merece la pena cerrarse puertas, al contrario, ese golpe te hace fuerte para abrir la ventana que hay al lado de la puerta, también. Y que todo golpe guarda una lección, que con tiempo y perspectiva, bendita perspectiva, somos capaces de ver.

He aprendido que a pesar del miedo, de mis muros, de mi pasado, de mis prejuicios hacia mi misma, soy capaz de querer y de cuidar a alguien como se merece.

He aprendido, porque tu me lo has enseñado, que la vida no es blanco o negro, es puto gris.


lunes, 1 de septiembre de 2014

Septiembre

Hoy empieza septiembre. Nunca me he planteado cual es mi mes favorito, pero creo que si tengo que elegir uno me quedo con septiembre.
Esta claro que el hecho de que sea el mes de mi cumpleaños, para mi ya lo hace especial, pero no es solo eso. 
Septiembre es el mes que marca el comienzo de algo nuevo, y muy probablemente algo real. 
Es verdad que  septiembre deja atrás los amores de verano, las noches de charlas interminables en las cuales la única preocupación era que me contestaras al wpp y no que en 3 horas iba a sonar la alarma, porque en verano, no hay alarmas. Septiembre deja atrás viajes especiales, aventuras que marcan un antes y un después, las horas interminables en la playa tomando el sol y el mirar cuanto resalta la marca blanca del bikini, porque cuanto mas resalte, mas morenos estamos. Deja atrás no saber en que día vivimos, si estamos en lunes o viernes, porque todos los días son un viernes continuo y nuestra única preocupación era pasarlo bien y disfrutar del momento.

Y es cierto que septiembre deja atrás todas esas cosas.

Pero con septiembre vuelven los reencuentros con las personas que forman parte de nuestro día a día, de nuestra rutina. Los compañeros y amigos de la universidad, los enanos de los grupos de catequesis, las cervezas de los juernes con los compañeros del cole, los viernes con los amigos de la calle, los hermanos de comunidad... y tantas y tantas personas que forman parte de nuestro día a día y que gracias al verano podemos comprobar la falta que nos hacen y lo especiales que hacen una simple rutina.

En septiembre también es el mes de empezar sueños nuevos, podemos volver a soñarnos un curso más y empezar a luchar por ese sueño desde el primer día. Nos brinda la oportunidad de marcarnos nuevas metas, nuevos objetivos para el curso tanto escolar como profesional como personal. Comienza un nuevo ciclo y con el la oportunidad de reinventarnos, de colgar y colocar mejor aquello que el curso pasado quedo algo descolgado, de mejorar en aquello que nos costo un poco mas, y de luchar por aquello que queremos conseguir y que quizás no conseguimos el curso pasado, pero ¿por que no intentarlo este?

Pero lo mas especial, es que en septiembre seguimos siendo nosotros, con nuestras virtudes y dones y con nuestra mierdecilla, y es que eso no se irá nunca. Lo importante es recomenzar con ilusión, esperanza y ganas renovadas fruto de un verano especial, a su manera, que nos dejará hasta el año que viene.

¡Adiós agosto! ¡Bienvenido septiembre!