Tu

Me dí cuenta de que vivías en mi de una manera casi obsesiva. Pensaba en ti una vez al día...bueno, alguna que otra más. Hacía y deshacía lo que hiciera falta con tal de tener un momento contigo. Me pasaba la semana cogiendo fuerzas, llegando incluso a niveles estrepitosos de energía, para gastarlas de golpe en menos de 24 horas y quedarme completamente exprimida.
Las cosas más bonitas que he leído no fueron para mi, pero...¿sabes? nunca sentí celos. Me alegraba pensar que por fin serías feliz, y yo así tacharte de mi lista y dedicarme a otras cosas.
He pasado por tantos estados, y de verdad que no existe rencor por ninguno de ellos, pero si que pienso que no me merezco un silencio como este. Sé que la mayoría de mis presentimientos estaban en lo cierto, aunque nunca lo dijeras por no causarme daño. Seamos buenso amigos.