viernes, 31 de mayo de 2019

La estantería, una historia de autenticidad.


Hace ya algún tiempo, en este mismo lugar, un cactus en la estantería fue a parar.
¡Qué bonita oportunidad la de poder recomenzar!
Quizás aquí si pueda encajar.
No será que no se esforzó el cactus, por hacer de aquella estantería su hogar,
pero parecía que no lograba encajar,
así que decidió investigar, cual eran las costumbres y normas de aquel extraño lugar.

Había por allí cerca un libro al que quiso preguntar,
¿Por qué a ti si te aceptan los demás?
El libro con sus sabias palabras comenzó a relatar,
que él era el que más conocimiento podía regalar.
Además de ser veterano,
y tener un lustre sin igual.
No sabía muy bien porque era su lugar,
pero percibía y le gustaba
la admiración con la que le miraban
(o el creía que lo hacían)
los demás.

El cactus agradecido, se despidió y siguió buscando a otro a quien preguntar.

Encontró una bola de cristal.
París ponía en sus pies.
Aunque algo rota, en una esquina,
erguida y firme se lograba mostrar.
Yo tengo el recuerdo de un verano sin final,
donde el amor, por fin, volvió a reinar.

Se cruzó también con una cajita de música,
a la que se atrevió a tocar.
Al llamar, la cajita se abrió y una preciosa melodía
inundó el silencio,
transformándolo tras su pasar.
Creando un clima donde poderse relajar,
y sin miedo poderla preguntar,
qué debía hacer para encajar.

La bailarina de la caja no paró de girar,
y guiñándole el ojo,
a un peluche rosita
fue a señalar.
Él te contará, la magia que esconde este lugar.

Y siguiendo el rastro que la bailarina le quiso marcar
con un Piglet, se llegó a encontrar.
Y tu Piglet, ¿Por qué sientes que este es tu hogar?
¿Qué le hace tan especial?
(¿Cómo puedo yo encajar?)

Piglet le regalo una sonrisa,
y a su lado le quiso invitar.
Relájate,
mira a tu alrededor,
¿sientes la magia de la que quieres hablar?
El cactus por primera vez, se dejó embriagar,
por aquello que tenía ese espacio de especial.
No es magia, es autenticidad.

El libro regala aquello que tiene,
que es conocimiento y sabiduría,
en eso, es el que más nos puede aportar.

La bola de cristal, llego rota de tanto amar,
pero desde que vino,
el amor no nos ha faltado jamás.

La caja de música,
nos regala la paz,
en momentos de locura,
cuando el caos, el miedo, la ansiedad, quiere reinar.

Y yo,
de mi dicen que soy lo más blandito del lugar,
y que a cualquiera,
me dispongo a cuidar.

Yo lo que creo es que por la apariencia, no nos podemos guiar,
y que por eso en este lugar la magia
reina por la autenticidad.

Así que, si tu lugar quieres encontrar,
Entre nosotros,
esos pinchos debes bajar,
y mostrarnos que hay escondido en ti,
que te hace tan especial.

Solo así, podremos quererte por lo que eres,
con aquello que tienes,
y te define,
y no por la apariencia,
que muchas veces, nos confunde.

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