¿Cuál fue la última vez que hiciste algo por primera vez?
¿Cuándo ha sido la última vez que te descubriste haciendo algo que realmente te llenaba, 100%, sin necesidad de nada mas en ese mismo momento?
¿Qué te hace vibrar en lo cotidiano, que hace que se te ponga la piel de gallina o te de un vuelco al corazón, sin esperarlo, solo porque te hace feliz?
¿Por qué o por quién dices una mañana "me la juego, contigo, por ti, con esto, merece la pena que me la juegue"?
¿Cómo hago yo para conseguir que alguien sonría, que alguien que haya caído consiga levantarse? ¿De qué me valgo?
Y como estas preguntas en mi cabeza hay muchas mas, soy la chica de las preguntas, ya lo sabes.
Pero es curioso, porque al empezar a escribirla pensaba, que chorradas estoy escribiendo, la gente disfruta de la vida, vive y le dan vuelcos al corazón por cosas preciosas que le pasan, deciden jugársela por algo o alguien todos los días... Y sí, hay muchas personas que lo hacen, pero me miraba a mi misma y me reconocía respondiendo no se, a veces, quizás...
Creo que en este mundo falta VIDA, sin con mayúsculas, por eso de ponerle mas énfasis. Falta ver mas allá de mi ombligo, ser capaz de levantar la cabeza y reconocer en el otro la necesidad de ser ayudado, o de reconocer en el mundo, en mi país, en mi cuidad, en mi barrio, la necesidad de echar una mano, de comprometerme a luchar por mejorar la calidad de vida de muchas personas.
Hay personas que tienen poco dinero, que no tienen trabajo, que rozan el umbral de la pobreza y que les cuesta tener una VIDA digna. Pero hay personas que tienen dinero de sobra, que tienen un trabajo, que también les cuesta tenerla. ¿Por qué? Porque vivimos en un momento en el que vamos a todos los sitios corriendo, en que si tenemos que pisar a alguien por conseguir algo mejor para mi, me lo pienso y a veces hasta lo hago, porque no levanto la cabeza para mirar a mi al rededor, solo veo lo que de repente entra en mi campo de visión y si no me gusta o me incomoda mucho lo apago, me doy la vuelta y borro de mi memoria cualquier resquicio que pueda quedar sobre ello. Buscamos amores de barra, fugaces, que cuantas menos implicaciones tenga, mejor, así sufro menos y me divierto mas.
Yo, quiero cambiar, de verdad que sí. Quiero ser capaz de dejarme sorprender al levantar mi cabeza y mirar mas allá, quiero conmoverme con la realidad y vivir en ella tal y como es, luchando por mejorarla desde mi pequeñez y para los demás. Quiero poder apostar mi vida, mi corazón en los planes que el Padre tiene pensados para mi. Quiero abajarme, descubrir en los mas pequeños el regalo de la VIDA, de poder disfrutarla cada momento, de que me toque el corazón una abrazo inesperado, de que me toque la cabeza y la desmonte una pregunta complicada.
¡QUIERO DEJARME SORPRENDER! ¡QUIERO PODER SORPRENDER!
Vivimos en una cultura infantil, donde los demás han usurpado nuestro legítimo trono; somos reinas y reyes, así que nadie nuestra corona. Sólo debemos preocuparnos por nuestras cosas; que cada palo aguante su vela; que cada uno se preocupe de sus cosas y no por las del vecino. Aclarando que sí hay que ayudar a todo aquel que REALMENTE lo necesite, quiero comentar que no debemos ayudar a todo aquel que nos lo pida, porque mucha gente que pide ayuda no la necesita realmente. Igual que hay mucha gente que pide dinero sin ser realmente pobre, para aprovecharse de nuestra solidaridad, hay demasiada gente que nos pide ayuda sin realmente necesitarla.
ResponderEliminar¿Debemos dejar de estudiar para hablar por teléfono con nuestra amiga pesada para que ella pueda decir que su madre y su novio son muy malas personas que sólo piensan en sí mismas? ¿Debemos preocuparnos en convencer a nuestra mejor amiga para que no beba en exceso? ¿Debemos insistir a nuestra mejor amiga para que entienda la importancia de trabajar y estudiar para así aprender?
Creo que nuestra responsabilidad es sobre nosotros mismos; no podemos vivir por ti (ni ganas de hacerlo). Yo no puedo estar perdiendo todo el día en tus difamaciones, insidias y calumnias, en oír que tu madre es la madrastra de Blancanieves, o en que tu novio no te quiere porque no te responde al WhatsApp cuando se conecta, sino que contesta horas más tarde. Resuelve tus problemas y déjame tranquila, déjame vivir en paz. Yo no tengo la culpa que mi mejor amiga sea una borracha; puedo decirle una, dos y tres veces que no se exceda, porque acabará echando la pota, liándose con el primer buenorro (o no tan buenorro) que vea, tirada al día siguiente en la cama como si estuviera en un ataúd, y con una depresión de caballo porque así no hay quien viva (feliz). Pero amiga, no puedo beber por ti.
Con estos ejemplos quiero demostrar que nosotros tenemos que preocuparnos sólo por nosotros mismos, porque sólo podemos controlar nuestra propia vida (y no estoy segura del todo). Llamadme egoísta, pero mi preocupación por los demás es limitada; repito, limitada a verdaderos problemas, no a cosas sin importancia. Si estás enferma, iré a verte; si se muere tu madre, te acompañaré en el sentimiento; si te quedas sin alegría, intentaré animarte. Pero no pienso agobiarme ni amargarme porque tú estés amargada y no seas feliz. Lo siento, me niego.