“Cuantos pasos dados desde el
primero, cuantos pasos quedan antes de dar el último…”
Cuantos momentos llevo a mi espalda en los que sentía que la vida me pedía
que me rindiera, en los que yo sentía que no podía mas, en los que no entendía nada,
y cuanto sentido tienen ahora.
Gracias a esos momentos soy lo que soy hoy. Gracias a esos momentos tengo
la suerte de tener la vida que tengo.
No todo ha sido fácil, de hecho hay cosas que aun mirándolas desde lejos
siguen imponiendo, y sigue sorprendiéndome mi propia fuerza y capacidad de superación.
Hoy me toca estudiar, y esta vez no me lo tomo como estudio, sino como
oportunidad de adquirir conocimientos, posibilidad de poner nombre técnico a lo
vivido, de comprender quien fue mi salvadora, porque no tuvo un final infeliz y
porque a día de hoy es parte de mi historia, de esa que me ha dado la capacidad
de ser un poco mas fuerte.
Recuerdo esa etapa de mi vida con cariño y ternura. Recuerdo a mi madre dándome
lecciones de vida desde pequeña, diciéndome:
“Cariño, de esto en la
vida hay mucho, solo que a ti te ha tocado vivirlo antes. Eso te hará fuerte y
te hará capaz de luchar por ti y por todo lo que te propongas y quieras.”
Y repito tantas veces la palabra fuerte, la palabra oportunidad, y suerte
porque estudiando, leyendo e investigando me doy cuenta de lo poco afortunada
que es mucha gente, del porcentaje de personas que recibe consecuencias
directas de todas estas situaciones y del pasotismo de la gente que vive alrededor
suyo que no ven la situación o la ven y prefieren ignorarla.
Y hoy mas que nunca me sale agradecer todo lo recibido ese tiempo atrás a
mis padres, mis grandes apoyos, personas que me enseñaron a creer en que las
oportunidades existen en la vida, solo que a veces tardan un poco mas en
llegar. Personas que estuvieron conmigo en todo momento, que me apoyaron, me
ayudaron y me dieron la oportunidad de superarme y mostrar al mundo lo valiosa
que era y sigo siendo. Mis padres. Que grandes son, cuan agradecida estoy y que
pocas veces se lo demuestro.
También hay alguien más, mi pequeña y bonita salvadora. Porque hay
situaciones que, hoy, después de estudiar comprendo por qué cambian. Por que la
solución a veces parece que está cerca siempre, pero que necesita ese momento,
ese lugar y esa decisión para que todo lo demás cambie. Un camino que comenzó hace
ya unos cuantos veranos, y que ha tenido inviernos fríos, alguno incluso gélido,
pero que siempre ha terminado por volver a florecer con la primavera. Que agradecida
estoy.
¡Qué bonito que la psicología este en la vida!
¡Qué afortunada soy de estudiar algo que puedo palpar, comprender e incluso
vivir. Que me ayuda a entender mi pasado, curarlo y quererlo tal y como fue!
No hay comentarios:
Publicar un comentario