Con el
tiempo una compañera de clase, comienza a ser algo más, y poco a poco, con el
paso de éste, se convierte en un pilar, en sinónimo de amistad, con todo lo que
ello conlleva; desde las risas hasta las lágrimas, desde la fiesta hasta las
noches tristes en el sofá de casa, desde el recibir grandes cosas hasta el
entregar todo lo que te pertenece.
Con el paso
del tiempo ves como ese futuro soñado se convierte en presente y como al poco,
ya se trata de un pasado recordado.
Con el
tiempo cumples sueños, logras metas, te superas a ti mismo y muestras a
aquellos que decían que no podías o que no creían en ti que eres capaz. Aunque también
con el tiempo aparecen los “te lo dije” de esa persona que te advirtió que
aquel camino no era el que había que coger.
Con el
tiempo las caídas te revelan la lección que tenían guardada para ti. Los atajos
y tus pasos te reconducen al camino inicial, aunque no llegas igual, llegas más
vivido, con muchas cosas nuevas. Las victorias te recuerdan que puedes
continuar, aun cuando las fuerzas parecen flaquear.
Con el tiempo
el miedo puede convertirse en un gran monstruo que va a tu lado y que no te
deja disfrutar o puede ir haciéndose pequeño, y tomar forma de Pepito Guillo y recordarte
que a veces es mejor andar con pies de plomo.
Con el
tiempo te vuelves más sabio, o al menos eso dicen. Maduras, creces, te vas
haciendo mayor, aunque si eres listo y capaz, y tienes un poco de suerte,
siempre habrá algo de niño en ti, que seguro que con el tiempo, en alguna ocasión
tiende a salir.
Con el
tiempo ese juego de patio de colegio se convierte en tu deporte favorito, a eso
a lo que le dedicas horas, a lo que entrenas, a lo que te dejas hasta lo que no
tienes por mejorar día a día.
Con el
tiempo ese “yo de mayor quiero ser…” si has sido capaz de luchar por tus
sueños, y realmente querías ser eso, quizás tienes la suerte de “ser…”.
Con el
tiempo un corazón enamorado puede pasar a ser un corazón roto, pero también te
diré que con el tiempo, y aunque a veces no lo parezca, los cachitos se vuelven
a juntar. Quizás no lo hacen todos, porque aquel o aquella que una vez te rompió
el corazón se llevó un cachito con él o con ella, pero se recompone, un poco más
pequeñito pero mucho mas fuerte.
Vives,
experimentas, caes, te levantas, conoces, decides, aprendes, sufres, ríes,
quieres, y a veces mucho, eres querido, te enamoras o te rompen el corazón…
pasan tantas cosas a lo largo del tiempo, pero la que más me gusta a mí, es que
DESCUBRES. A lo largo del tiempo vas descubriendo que es eso de la vida, vas sintiendo
en tus propias carnes todo lo que la vida te tiene preparado, te vas
descubriendo a ti mismo en lo que vives, en como lo vives, ¡y que bonito es
descubrirse a uno mismo!
El tiempo
pasa y la vida con él, asi que como dirían Timón y Pumba, “¡Vive y se feliz!”
(Y si ahora
es un momento malo, quizás feliz no seas mucho, pero vive ese momento, disfrútalo,
descúbrete en él y desde ahí saca fuerzas para seguir adelante).